sábado, 30 de junio de 2007
Mi abuelo conoció a Einstein, ¡a Einstein!
Tocamos timbre, y los segundos cayeron como gotas densas, sin apuro. Por fin abrió la puerta, y otra vez resucitó aquél, el abuelo de siempre, que me acompañaba con sus pasos largos por el Camino de los hormigueros, a la vuelta del Club Banco República, el abuelo que tiene mejor memoria del mundo, y el abuelo que es flaco como yo, ágil como yo, y que, como yo, le gusta conversar. En la casa de mi abuelo siempre hay coca cola, y siempre está sin abrir, esperando a que lleguemos. Hoy fuimos a visitarlo, y la imagen del hospital solitario -porque los C.T.I. son los lugares más desposeídos que jamás pueden existir- quedó por fin suspendida como una pesadilla sin dueño.
Me habló de un Montevideo con tranvías, donde los agravios se remediaban en duelos a muerte, me habló de mujeres que bajaban completamente vestidas a la playa y me dijo que una vez conoció a Albert Einstein.
Me habló de tantas tantas tantas cosas e historias y más cosas y más historias, que de a poco me encogí en el sillón y no me animé a preguntarle lo que en verdad daba vueltas en mi cabeza. Eso, todo eso, ya saben. Lo de la muerte, lo de Dios, lo de su agnosticismo, lo del sentido y lo de cómo ser feliz, y todo eso, eso, ya saben, lo de las cosas que se piensan cuando uno ya está cerca o muy cerca.
Pero aquel Montevideo fue más cómodo, más prometedor, y ahora ya sé que mi abuelo conoció a Albert Einstein. ¡Einstein!, ¿entienden? ¡¡¡Einstein!!! ¡¡¡Einstein!!!
martes, 26 de junio de 2007
Timing
jueves, 21 de junio de 2007
Descubrimiento
Les obligo a que escuchen a José González, un gran descubrimiento. Sueco-argentino, canta en inglés, y toca la guitarra como muy pocos cantautores. Afina de una manera distinta (la sexta en re, la tercera en fa sostenido, etc.) y, a la vez que toca, hace un acompañamiento percusivo con la mano derecha que mata. Hay que verlo.
Bueno, eso. Disfruten.
Quizá lo conocen de esta publi.
P.D.: Agradezco a quien me llevó. Sabia, ella.
lunes, 18 de junio de 2007
sábado, 16 de junio de 2007
domingo, 10 de junio de 2007
Titularía este post de una manera artística, si la encontrara
Hoy, por ejemplo, varias canciones: Y hoy te vi, Si me voy antes que vos, Esa tristeza, Dame un talismán, La muerte del ángel, Viajar contigo es como escuchar la vida secreta de las plantas, Trivial polonio, La momia gitana... Y todas ellas tuvieron nombre y apellido. Clarísimo. Clarísimo.
Mañana será, quizá, un día más librero, o un día de película. Sólo habrá que subir escalones.
viernes, 8 de junio de 2007
Rodados
También influye que mi bici está casi kapput del todo, y se ha vuelto riesgoso usarla. A veces ando en la bici de mi hermana, que es muy cómoda, aunque peligrosa: es rosada, y cuando paso de noche por el Parque Batlle, los travestis me miran con ganas. Yo sigo veloz, y hasta ahora mantengo el invicto.
En esa misma bici fue a rendir mi hermano el último examen del Abi, el bachillerato alemán. Salió en la máquina rosada, vestido de saco y corbata, con una lapicera en el bolsillo. Un grande.
Tengo una pasión extraña por las bicicletas, confieso.
miércoles, 6 de junio de 2007
La tele (y el mundo) según A.
Salió este complejo tema, y empezamos a filosofar. A. define el sexo como una función derivada de una potencialidad escalar: el sexo no es algo en sí mismo, sino algo que uno puede llegar a obtener, es decir, una potencialidad. (A. sabe mucho de ciencia). El argumento más fuerte de A. era el caso Abijail, el travesti de "Bailando (en un caño) por un sueño": Abijail (ex Maxi) era un hombre que ahora es mujer pero que en una coreografía se disfrazó de hombre (de mecánico), y de a poco se desvestía hasta recuperar su imagen de mujer. (La coreografía era al rededor de un caño). Esto confirma su teoría.
A. siguió hablando de la televisión. Según él, cada vez está mejor: abundan los fisicoculturistas descerebrados, las vedettes de hule, y los opinólogos pelotudos, que fundamentan sus verdades en base a la transgresión. Si se usara esta gran herramienta de comunicación para enriquecer y unir a la sociedad...
En cuanto a la solidaridad, A. no tuvo piedad: tenemos que ver a niños tetraplégicos que se babean en televisión para levantar el teléfono y donar veinte pesos y sentirnos mejores personas. Pero en realidad, lo que hacemos es ayudarnos a nosotros mismos, alimentar nuestro ego, porque ayudamos desde el "yo", y sinceramente nos importa muy poco el sufrimiento de los demás. Eso no es solidaridad, es vanidad.
Habló de la solidaridad de la Europa de posguerra (no la de ahora, que no se hace cargo de los inmigrantes que una vez, hace décadas, se fueron de allí), y siguió dando golpes, puf, puf, puf.
¡Puf! Golpe duro el de A. Y, como siempre, políticamente incorrecto.
Analfabetismo gastronómico
Mi única virtud gastronómica es saber elegir la música adecuada.
Ya aprenderé. Verán.
P.D.: Como las fotos que encontré en relación a "cocinero" son todas muy aburridas, elegí la más aburrida.
Los supermercados son sexistas
Al final aparecieron.
Ahora entiendo por qué hay tan pocos hombres en el supermercado. Es un ambiente muy sexista.
P.D.: La imagen, Cinco viudas en un supermercado, de Pablo Mañé.
lunes, 4 de junio de 2007
Avanza, el país avanza
Llamé a una oficina pública porque precisaba un dato.
-Buenas tardes, sí, mi nombre es Al Nonino y estoy... (bla, bla, bla) ..., ¿usted me podría brindar esa información?
-Sí, cómo no.
-Dígame -respondí ansioso.
(Raro silencio)
-...Mmm, no sé.
-... -respondí.
-Yo, lo que pasa, es que estoy de paro, ¿sabe?
-...Mmm. Sí sé.
(Cri-cri. Nuevo silencio). No supe si soltar una carcajada o un insulto. Me contuve y pregunté:
-¿Y si no está dispuesto a trabajar, por qué se queda en la oficina?
-Porque yo, lo que pasa, es que estoy de paro.
-Claro, entiendo -mentí.
-En todo caso llame mañana, señor.
-Perfecto gracias hasta mañana buenas tardes.
-Por favor noaidequé.
Y por un momento comprendí a Escher y a Mrozek. Todo junto.
P.D.: Las escaleras son tan ascendentes como descendentes.
viernes, 1 de junio de 2007
Cablegría
Cambiando de tema, saqué "Samba da bencao", de Vinicius y Baden Powell. Y no puedo quitarme la melodía y la letra de la cabeza. Les dejo unos versos: