jueves, 29 de noviembre de 2007

Juguetes

El mayor es menor.
-¡Milicos putos...! –gritó-. Otras vez se llevan a mi madre...
El patrullero arrancó.
Ellos son tres hermanos: Marcos (12), Yanina (9), y Yonatan (2). La madre está presa. Le dan libertad condicional un domingo al mes. El padre no existe. Los tres hermanos piden en un semáforo.

¿Cuáles son los juguetes de esa infancia?

lunes, 26 de noviembre de 2007

Aunque desespero, no desespero

Ni yo mismo sé dónde estuve todo este tiempo. Todo este tiempo sin escritura. Ni yo mismo recuerdo cómo era yo cuando escribía en ese tiempo con tiempo, sin tiempo.
Después de unos meses vienen meses largos, más largos que los recientes. La libertad sólo existe en decisiones, la libertad no es etérea. Esa libertad me hace feliz, la de mis decisiones.
Y de paso digo que algunas seriedades prefiero no tomarlas tan enserio. Algunas preguntas prefiero buscarlas en silencio.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Doctor

Para volver a escribir se precisa un poco de tristeza. Y hace tiempo que no estoy "un poco triste". Hoy no estoy "un poco triste", pero igual escribo. Sólo porque Eresfea me recuerda que hay quienes quieren leerme.
Hoy caminé solo durante horas. Dormí muy poco en la noche, y salí de casa sin desayunar. Gran error (horror). Caminé solo, por caminos de tierra, embarrados, empinados. Saludando gente, algunos conocidos. Había un fuerte olor a gas. Algo podrido, olor a planta de celulosa.
Hoy me hice dos amigos: Leo (8) y Mati (7), del asentamiento Torre 8. Me acompañaron en la caminata.
-¿Ustedes son mejores amigos? -pregunté.
Se miraron. Sonrieron.
-¿Somos mejores amigos? -dijo Leo mirando a Mati.
Y Mati asitintió con sus hombros.
Leo se acercó y me dijo:
-Señor, ¿no tiene una curita? -señalando mi botiquín.
Leo había caído de bruces y se lastimó la nariz. Yo saqué una curita del botiquín, le puse una pomada desinfectante y "lo curé".
Mi función era recorrer las casas que estábamos construyendo, corregir problemas técnicos, y asistir a quienes se lastimaban.
-Señor, ¿me deja llevar el botiquín? -dijo Leo.
Se lo di.
Y al final del día, Leo soltó:
-Señor, cuando sea de grande quiero ser doctor. Y curar con pomadas, y curitas.


P.D.: Mati también quiere ser doctor. El fútbol no le parece tan divertido como ser doctor. Y curar a la gente. Raro.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Lección infantil

Los vecinos caminan lento, y el sol polvoriento les achica los ojos al mirar dentro de las casas. Hojeo apuntes viejos en el zaguán. A mi lado, la guitarra, por las dudas. Es feriado, y Montevideo parece preocupado, como si esperara algo.
La alarma del Renault blanco anda mal, y se queja cada cuatro minutos. Un niño aprende a caminar y se acerca despacio, tomado de su madre. En los feriados se aprenden cosas importantes.
Él señala la guitarra, yo dejo mis apuntes y toco algo. El niño suelta los brazos de su madre y se sienta en la vereda. La madre lo deja, y los tres sonreímos. Yo sigo tocando. Lo admiro y estoy nervioso: los niños son el público más sincero. Apenas se aburra va a cinchar del pantalón de su madre y le va a pedir que lo aupe.
Me tuvo paciencia.
Mientras tocaba, tenía la sensación de que el niño entendía mejor la música que yo. Lo vi en sus ojos. En su concentración.