viernes, 30 de marzo de 2007

El amor aguado

Hoy, que llovió y todas esas cosas, fue más fácil pensar. Con las muchachas hay que ser cortés por fuera y duro por dentro. Sólo se dejan vencer por los hipócritas. Lo encuentran divertidísimo, me explicó Walser.
Recordé, con cierta impotencia, que son más felices los que aman que los que son amados. Pero quien ama menos, domina. ¿No importa el dominio? Bla, bla, bla.

El amor es un debate con la indiferencia. Con la indiferencia del otro. Y con el manejo de la indiferencia.
Es importante que llueva. El agua aclara. Aclara. El silencio también. Tu silencio también. Gracias.

La dictadura del "nopienso"

Atormentado. Así me tiene la televisión. La televisión y tantas otras cosas. Pero principalmente la televisión. Se me marcan las venas del cuello cuando escucho que hablan de lo "buenos" y de lo "malos" que son los participantes de Gran Hermano. Hay que estar atentos: ellos dictan las guías morales de este siglo XXI. Y llorar/reír por las cosas que hacen (o no hacen) estos pobres tipos nos vuelve buenos/malos. Aprendan de ellos, no sean ignorantes. Estos pobres tipos, repito, ¡son el nuevo Corán y la nueva Biblia, son las Sagradas Escrituras/Imágenes posmodernas! ¡Ahí está todo! ¡Todo! No busquen más.
No lean. No escriban. No compongan y no escuchen. No hagan nada que esté fuera de estos lineamientos porque serán pecadores e irán al infierno de la escisión. Advierto que ya no sirve pensar distinto; y ni siquiera sirve pensar igual. Confórmense con no pensar. No pensar.
Repitan para sus adentros: "no pienso, no pienso, San GH, no pienso, no pienso, San GH".

Y pronto lo lograrán.

martes, 27 de marzo de 2007

Saber y más que saber

En el concierto de M., vi a H., mi gran profesor de matemática.
Es un veterano de setenta y pico, muy inteligente y con un humor descomunal.
Cuando entraba a clase, miraba el pizarrón y decía con voz de Dr. Tangalanga:
-¡Qué es toda esta pornografía! -(estudiábamos a Freud en filosofía).
Nos miraba con cara de malhumorado y empezaba a borrar algunas letras de modo que el significado de las cosas cambiaba.
El tipo sabe kilos y kilos de Jazz, y tiene la humildad de quienes enseñan, simplemente, por vocación.
H. es un gran profesor porque además de saber y darle vida a la matemática, tiene claro que él también es capaz de equivocarse y aprender.
Su ego no le gana al conocimiento, y no se descansa en el estúpido limbo de la intelectualidad. Es capaz de discutir. Discutir. Discutir.
Para saber no alcanza con saber. Saber es sólo el principio.

P.D.: Gracias, J.P., por las entradas.

viernes, 16 de marzo de 2007

La inconclusa

El psiquiatra que le recomendó el psicólogo al que lo mandó el dentista por el tema de la bruxación le dijo que... ehh, mmm...
Me perdí.

Movimiento

Vuelvo a esa orilla indiferente con la insistencia del mar.
Vuelvo, pero el eco se burla otra vez de mí.
Vuelvo, sí, pero es hora de moverse: "Movimiento, movimiento".

miércoles, 14 de marzo de 2007

Primeros minutos de Al

A diferencia del resto de la humanidad, cuando nací no lloré. Estaba muy preocupado por otra cosa: llevaba nueve meses con ganas de mear.
Como no lloraba, el médico (un chanta) me empezó a golpear en la cola. Pero yo no lloraba. Siguió pegando y pegando. Y me calenté:
-Pará, loco, ¿no ves que no quiero llorar? -ésas fueron mis primeras palabras. La enfermera casi se desmaya.
Aproveché el silencio que se esparció por la habitación, y pregunté por el baño.
-Al fondo a la derecha -dijo la enfermera, temblando.
-Ya sé que es al fondo a la derecha -respondí-, siempre es así. Lo que quiero es que me lleven al baño: ¡todavía no sé caminar! -grité, algo malhumorado. Ése fue mi primer berrinche.
Asustada, la enfermera me llevó al baño. Quiso sentarme en el váter.
-¿No te das cuenta de que mido 49 cm, asesina? ¡Querés que me vaya por el caño! -literalmente.
-No, no, señor, no se enoje, ya le traigo una pelela.
-¡¿Señor?!-gruñí, mientras disfrutaba de los escalofríos previos al meo.
Ella me sostuvo de los hombros, y descargué.
Si bien medía menos de medio metro, pesaba 38 kg, 35 de los cuales eran agua/pichí. Ella empezó a alcanzarme pelelas, y pelelas (once en total), y yo fui perdiendo peso. Al final quedé en unos 3,1 kg, y empecé a ser un niño normal. Cuando salí del baño, mi madre seguía desmayada (fue un parto doloroso). Dije en voz alta:
-¡Acá no se mueve nadie hasta que mi madre se despierte -con tono de asaltante de banco-! ¡Y nadie, absolutamente nadie puede decirle a mi madre que ya sé hablar!
-Sí, sí, ehh, señor Bebé (¿?), ¿está bien decirle señor Bebé?
-Hasta que no me pongan nombre definitivo, respondo sólo a "Bebé".
-No diremos nada -corearon los presentes.
A los pocos minutos, mi madre despertó. Me dijo "ajó, ajó", "mamá, mamá". Mi padre entró a la sala y dijo "ajó, ajó", "papá, papá" -continuando la originalidad de mi madre-. Disimulé, no dije nada. Lloré un rato, y recién al año y pico empecé a pronunciar palabras. Pero sólo palabras de bebé (“tío”, “auto”, “papa”, “papá”, "incorruptibilidad", etc.).
Por suerte, nunca se dieron cuenta, si no, tendría que haberme salteado los primeros años de escuela y no hubiera sido un niño normal.

P.D.: Cuando vea al Diseñador, le diré que agrande el tamaño de los vientres, y que ponga baño en suite (con yacuzzi para los abonados).

domingo, 11 de marzo de 2007

Aproximación al conflicto bisiestal

En días como hoy, de cambio de horario, uno se aproxima a la Teoría de la relatiividad, y aquello de que el tiempo no es absoluto.
Según mi hermano, muy erudito él, habría que modificar el sistema de bisiestos. En vez de aumentar un día cada cuatro años, sería mejor pagar esa deuda solstícica en cuotas. El "cash" es muy abrupto, y genera traumas irreversibles para los desgraciados que nacen en 29 de febrero.
Lo que propone mi hermano es que esas 24 horas que se suman cada cuatro años se dividan, de modo que cada año pase a tener seis horas más. Estas seis horas anuales se depositarían en un domingo especial que tendría 30 horas, y que sería día festivo. Habría que ponerse de acuerdo en cuál sería ese día: los judíos votarían por el Januca, los cristianos por la Navidad, los musulmanes por Eid al-Fitr, los ateos no estarían de acuerdo, y los agnósticos no tendrían datos suficientes para responder la pregunta.
Otra opción que apunta mi hermano es distribuir esas seis horas a lo largo del año. Seis horas al año equivale a media hora por mes, o sea, un minuto por día, (aprox). Si todos los días del año tuvieran un minuto más, es decir, en vez de tener días de 24 horas, tener días de 24 horas y 1 minuto, si sucede eso, se suprime el conflicto bisiestal.
Pero claro, la sociedad no siempre es tan voluntariosa.

viernes, 9 de marzo de 2007

Dos llegadas

Hoy llega Bush y mi hermano. Él, mi hermano, dice que la rambla la cortaron por el Primer Mandatario (por las dudas, lo escribo todo con mayúscula). Yo sé que fue por él, mi hermano.
Sin embargo, él no necesitó veintipico de motos, camionetas, helicópteros, limusinas blindadas, francotiradores. A él, mi hermano, no le colgaron carteles de asesino, genocida, y a él, mi hermano, no le rodearon el hotel y no quemaron muñecos con su cara.
Al otro, a Bush, lo vi pasar bien de cerca. A cinco metros. Salí a correr por la rambla (acción bastante arriesgada), y me encontré con una escena que ya había visto en varias películas de Hollywood, pero que igualmente me impresionó.
¿Qué se siente tenerlo tan cerca?
No sé, no se siente mucho. Pasó como si fuera una estrella, como Luis Miguel, o Madonna. A muchos les jode que Bush haga sus travesuras (asesinato de niños, mujeres, Guantánamo, etc.), pero no les jode que Sadam o Fidel hagan/hicieran lo propio o que acá los niños se mueran de hambre (otro tipo de asesinato, más perverso y sin cadenas internacionales que lo registren).

En fin, mi hermano no tuvo ningún inconveniente. Cenó con su novia, tranquilo, en paz.

Revueltas y oníricas

Lo que pretendo contar sucedió en la curva más osada del camino que va desde mi ex liceo hasta casa.
Si hay algo difícil de las curvas, es que no son rectas.
El estacionamiento de bicicletas lleno fue una premonición. Anonetoy sabrá que en invierno apenas seremos dos.
Si hay algo difícil de las curvas, insisto, es que no son rectas.
Mi celular suena cada tres días. Y la mayoría de las veces son admiradoras o acreedores.
Como en los últimos días estuve metido dentro de ficciones, castings, e incluso dentro de ficciones de ficciones, ya le tengo cierta desconfianza a la realidad. Venía en bicicleta a un paso (pedaleo) bastante dominguero. Me detengo detrás de un ómnibus. A mi lado pasa una chica hermosa, de traje, a toda velocidad y me sonríe. "¿...?", pensé, "quizá estoy dentro de una película y tengo que seguirla en bicicleta por toda la ciudad hasta encontrarla. Me concentraré para que no parezca sobreactuado". (Este tipo de razonamientos son típicos en mí, los viernes de tarde, después de facultad). Pero, como ya dije, hace un tiempo que desconfío de la realidad (y por ende, de la ficción), así que dejé mi papel cinematográfico a un lado y seguí con mis pensamientos; las subidas son buenas para pensar. Cuando por fin llegué a la cima, me largué cuesta abajo sin preocupaciones. La chica hermosa, de traje, a toda velocidad ya se había perdido. Pero igual sospeché estar dentro de una situación orwelliana, granhermanera. Sin embargo, me relajé.
Cuando llegué al cruce entre S. y R., tendría que haber doblado por R., pero no pude. Me sonó el celular. Si hay algo difícil de las curvas, insisto sobre la insistencia, es que no son rectas. Atendí y me olvidé de la bicicleta. (Llamada muy importante). Cuando cuelgo (aprieto el telefonito rojo que dice "END"), me doy cuenta de que estoy dentro del Velódromo dando vueltas. Vueltas. Vueltas.
Me quedaré unos días aquí. Viendo la vida girar.

lunes, 5 de marzo de 2007

Mala leche

Le digo al guarda:
-¿Me podrás dar un billete de cinco, en vez de un moneda? -me iba a correr a la rambla y no quería cargar monedas.
-No -me secó.
Y el muy hdp me dio cuatro monedas de uno, y dos de 0,50.

Historias instrumentales

Las historias de los instrumentos musicales son, por lo general, historias que piden ser contadas. Violines vendidos cambio de comida (durante la guerra); bandoneones que pertenecieron a “…”; un piano abandonado desde “…”; en este saxo tocó "..."; y la lista es tan larga como la imaginación.
De las cuatro guitarras que hay en casa, dos tienen historias aburridas: las compramos nuevas, y su historia se remite a mi historia (¡puaj!). La tercera tiene unos treinta o cuarenta años y vino de España (eso ya está mejor). La cuarta, eléctrica ella, tiene forma de estrella y perteneció a un asesino que mató a su madre porque quería plata para las drogas. El tipo está preso, ¡y no sabe quién tiene su guitarra!, así que pido discreción al respecto.
El otro instrumento que hay en casa es un piano: un Rönisch alemán de cien y pico de años. Con él empezó mi historia musical. (Aunque de muy pequeño, ya aplaudía y cantaba).
En fin, así es la música: apasionante.

P.D.1: La fotografía es en serio. Estén alerta.
P.D.2: Ojala Seba vuelva a tocar el piano. Ahí hay mucho talento.

sábado, 3 de marzo de 2007

Ella es la mamba negra, una de las víboras más venenosas de la Tierra, capaz de matarte en cinco minutos

P.D.: Le tengo miedo a las víboras. Será porque no tienen pies.

Alguien que ponga punto

Inversiones Infinitas versiones Acordes dados vuelta Dedos demasiado estirados músculos contracturados Séptimas séptima mayor menor disminuida Quintas Saltear cuerdas Armonías tocarlas sólo con un tipo de acordes Rengueando Además el plástico y el 98% de mierdas clonadas que gusta vende importa Exporta Alejado de la música Cambiarlo todo Tocar acordes feos Feos de escuchar Hermosos de tocar Sentir los semitonos peleando Una frecuencia sube y otra baja Hugo Fattoruso toca solo entre los mozos y la gente conversa O la vez que lo vi tocar en la X al lado de Buitres y el sonido se mezclaba y Hugo terminó haciendo un solo arriba de la porquería esa punk que tocaban en el otro escenario Y nadie dio bola Romper algunos andariveles respetar otros Terminar con esa idea de éxito Que no es éxito Hay partes de temas pasajes breves instantes que no sé por qué recuerdan a alguien Como un faro que se graba Esa parte trae a esa persona un instante O un lugar No saber qué viene Que la mano vaya sola Lejos de la mente Sola Ser consciente de ese vértigo Ser consciente de que si abandono esa anarquía y pienso no sabré qué hacer El Blanco Blanco Blanco Blanco El rigor del pentagrama Los quintillos y los septillos culturalmente imposibles Matemáticamente exactos Caras chiquitas mancahdas El sonido que atraviesa el cuerpo El temblor Instrumentos Apilados "Vidas inútiles" ¿Oboe? ¿dedicarse al oboe o al violín o al clarinete? Pedazos de madera o de metal "horas desperdiciadas" Sentados Pensando Viajando Una habitación con humo "Y además qué hacés" "Soy el encargado de tantas cosas fundamentales que ya ni me acuerdo qué hago" dijo y tenía demasiada razón

La semana que viene

Tendré trabajo.
Un amigo de un amigo de un amigo de la ex esposa de mi hijo es actor. Quizá lo conocen. Trabajó en varias novelas y poemas, y desde hace algunos años se dedica exclusivamente a los cuentos.
El caso es que este amigo de un amigo de un amigo de la ex esposa de mi hijo se va de vacaciones a Melmac (su ídolo es Alf), y me pidió que le hiciera la suplencia en cuatro cuentos.
El problema es que es un laburo muy estresante, 24 hs. al día. Apenas te terminan de leer los del Hemisferio Sur ya arrancan los del Norte, y así todos los días. Además, por lo que me explicó, parece que los antagonistas están jodidos, y la editorial no cubre el seguro médico. (Hay varias escenas de riesgo, for example, the picture).
Todavía quedan ajustar los honorarios y hablar con el escritor, que, así como lo explotan a él, él explota a sus personajes. En fin, lo único que me resta por decir es que la ficción no es tan sencilla como parece.

P.D.: Si todo sale bien, podré negociar una prórroga en la universidad. En una de esas, no me echan y me lo revalidan como pasantía.

viernes, 2 de marzo de 2007

La duda sobre el moco

La tesis mucósica del etnólogo suizo Fridriech Morgenstern dice que:
1) Los negros tenían los mocos negros.
2) Los pelirrojos tenían los mocos naranjas.
3) Los albinos tenían los mocos transparentes.
4) Los asiáticos tenían los mocos amarillos.
5) Los blancos siempre tuvieron los mocos verdes.

Morgenstern nunca pudo explicar la diferencia en el desarrollo mucósico de los blancos: lo lógico sería que tuvieran los mocos blancos. (Estoy de acuerdo en este punto).
Y tampoco pudo explicar por qué el resto de la humanidad imitó a los blancos y desarrolló mocos verdes.