Nevó, cayó un manto grueso y blanco que retrasó media hora nuestro ingreso a clases: "Las calles están cerradas, hay que esperar a que pase la máquina".
Había algo de Walser en todo eso, en la nieve virgen, en la calle en silencio, y en las huellas que dejaron mis zapatos.
Las fotos son de Guz, compañero de aventuras.
5 comentarios:
Mientras no termines como Walser... Atento a los resbalones.
Veo que tus 46 están surcando el norte, pero éste también te está surcando a ti.
Hola Al, q tal?
Ingresando a la blogósfera leí algunas de tus andanzas por EEUU y veo que estás disfrutando y aprendiendo bastante.
Una vez sola caminé por la nieve que me superaba las rodillas y qué divino era tirarse como si fuera un colchón! Si ves nieve virgen pero abundante, pisala por mí por favor.
Seguí disfrutando, un beso.
¿Se congeló el blog?
¡No! Se derrite... Ahora estoy en Arizona, veintipico de grados. Desde la ventana de la habitación veo una gran montaña. Te gustaría. Pronto escribo, pronto escribo. Hoy saqué notas en una visita a una reserva indígena, pensando en el mail que nos mandaste. Pero no me impactó del todo... Veremos si hay alguna historia..., en breve veremos.
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