viernes, 1 de febrero de 2008

USA/04

Tantos Matlocks y películas hicieron que hoy, sentado en una corte norteamericana, no dejara de dudar -una vez más- acerca de la realidad y me sintiera -una vez más- dentro de una ficción. Amanezco en un lluvioso Amherst y el agua entra en mis zapatos. Para evitar resbalones, camino rápido, sin afirmarme del todo al piso. En la entrada a la corte nos hacen el chequeo norteamericano típico y desmoralizantemente: fuera cinturón, fuera llaves, fuera zapatos, etc.
El juicio va de lo siguiente:
Un tipo acusado por apuñalar gente, convicto durante dos meses, cae detenido. Cuando los policías lo atrapan en una calle de New Hempshire -hace diez meses-, le piden que abra su mochila y él se niega. Él se la da a su novia pero ella no lo acepta. Y los policías, sospechosos de que oculta algo, abren la mochila (no deberían haberlo hecho) y encuentran marihuana y un cuchillo.
La ley dice que los policías no deben abrir la mochila -o ingresar a una casa, por ejemplo- si no tienen la orden de un juez. Y los policías no la tenían, obviamente. Sin embargo, la abrieron. Y ahí la macanearon.
A nosotros nos sentaron en los bancos detrás de los abogados. El tipo -apuñalador- medía 1,90 m, gordo onda 110 kg, cara de asesino, y estaba esposado. Cada vez que tomaba café, percía un ritual religioso.
En medio del juicio hicieron un brake y los abogados charlaron con nosotros. Me senté en el estrado (banquillo de acusados), y de pronto escuché a lo lejos: "... the truth, the truth, and nothing but the truth...".
Terminó el jucio, y dos policías escoltaron al acusado. Yo estaba pegado a la puerta, y antes de irse, nos (¿me?) dijo: "Ustedes están violando mis derechos...".
Hoy voy a ver Cabaret. Y mañana viajamos a Boston.

2 comentarios:

eresfea dijo...

Hoy te daría un abrazo, Al. Gracias por este texto. Te invito a cenar por el segundo final.

El otro yo dijo...

En Londres, el juez y los abogados visten con togas y todavía se ponen ¡pelucas blancas! También fui a la corte y asistí a dos audiencias, en una juzgaban a un negro por robar en unas tiendas, lo tenían todo grabado. En un momento, luego de mostrar los videos, me miró fijo, le esquivé la mirada y salí mirando al piso (aunque no se podía entrar y salir durante la audiencia). Afuera, respiré.
Good luck, Al