jueves, 31 de enero de 2008

USA/03

Fuimos a visitar un asilo. Qué asilo, güevón, qué asilo. Cine, biblioteca, taller de herramientas, carpintería, sala de baile, cenas de gala, everything, everything. Y almost gratis: los ancianos tienen que pagar U$ 200.000 para ingresar, y cuando se van -Aquí o Allá-, se le devuelve el 90% del dinero.

-So, you write books, don´t you...? -le pregunté al anciano que nos guiaba por el asilo.
-Yes...
-And what kind of books do you write...?
-...History...
Y seguimos caminando. El asilo es amazing. Alcancé a tocar alguna nota en un piano que había por ahí. Los abuelos, felices.
El recorrido terminó con una recepción en la casa del señor que nos guiaba. Él y su señora nos esperaban con jugo de manzana, brownies, chips, y torta de no sé qué. (Exquisito).
La calefacción estaba muy fuerte en la casa, así que fui a dejar la mochila y mi abrigo -una campera roja Marlboro obtenida minutos antes de cerrar la valija. En el camino al cuarto donde dejábamos los abrigos, veo una foto del señor (guía) abrazado a Reagan y a Alfonsín, y miles de diplomas del Gobierno de Buenos Aires y de la República Argenitna. "¿Ehh?".
Un argentino me explicó, mintuos más tarde, que el señor (
guía) era Robert Potash, El Historiador del Proceso Militar argentino, que publicó de todo, y que en Argentina es el Pelé de la Historia. (En el asilo). El argentino me dijo que allá todo el mundo usa sus libros: "¡Tengo uno acá en Amherst, y le voy a pedir que me lo firme!".

Yo, mi diálogo con él, qué vergüenza. Y él, el guía, un grande.

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