Nos visitó Felipe Berríos, el capellán de Un techo para mi país. Él está convencido de que se puede terminar con la extrema pobreza en Latinoamércia (208 millones de personas). Cree en la fuerza y la capacidad de los jóvenes. Y no cree desde el idealismo o el romanticismo. Hay hechos concretos: para el bicentenario de Chile, en 2010, Un techo para mi país tiene como meta erradicar los asentamientos de Chile. (Y allá hay cordillera, hay más clasismo, hay diferencias étnicas...). Han construido 30 mil casas, y les faltan 25 mil. Clarito.
¿Por qué Uruguay no hace lo mismo? ¿Cuál es la diferencia? ¿Somos más blandos? ¿Ellos son mejores? ¿Qué estamos esperando? Si todos los que podemos, además de poder, hiciéramos...
O se es solidario, o se es solitario. Porque si uno no logra salir del "yo", a la larga, se queda solo. No sirve para nadie, no sirve de nada.
Me guardo estas frases:
"Sólo es joven quien es capaz de arriesgar".
"Sólo tiene vida quien es capaz de darla".
"Sólo es libre quien puede comprometerse".
viernes, 27 de julio de 2007
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3 comentarios:
A mí me asusta un poco la solidaridad de moda, la solidaridad actual podríamos decir. Porque he visto, he vivido, que muchos jóvenes son capaces de dar, pero pocos (muy pocos) son capaces de darse.
Y me quedo con la última frase que habla de compromiso.
Es cierto. Pero yo veo a esa moda como algo muy positivo. Es un primer paso que hay que saber guiarlo hacia algo más profundo y sentido. Es muy difícil que alguien se entregue a algo que no conoce. Al principio, lo más seguro que lo haga desde el Yo, pero después, con trabajo de por medio, es posible que se vuelva algo más sincero.
Es que además no es moda, ojalá lo fuera, si para arriarlos hay que darles y darles.
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