miércoles, 8 de noviembre de 2006

Una familia menos


Están cerca. Por todos lados. Pero no tienen nombre. Ni voz. Parecen todos iguales. Como un número sin existencia. Una estadística, simplemente.
El fin de semana estuve en el asentamiento 24 de enero, a media hora del centro de Montevideo. Le construimos la casa a María, Roberto y Facundo.
María espera un hijo. Tiene la risa fácil y todo el tiempo hace bromas.
Roberto, el padre de familia, es un hombrecito pequeño, con la cara curtida, y conserva la alegría y la ingenuidad de los niños. También ríe; pero sólo cuando entra en confianza.
Facundo, de seis años, tiene una sensibilidad especial. Le regala flores a las chicas que construyen la casa, y todo el tiempo sonríe. Hace tiempo que no veo a un niño con tanta felicidad. Qué admirable sobrevivir a ese infierno con alegría.
La nueva casa es de madera, de 6mx3m. Cuando la terminamos, María dice: "Facu, mirá todo el espacio que tenemos. Ahora te voy a tener lejos así que, ¡portate bien!". María y Roberto planifican cómo será su nueva casa. Dónde estarán los dormitorios, dónde estará la tele, dónde estará la cocina. Yo los miro y no logro comprender cómo entrará todo lo que están nombrando. En 6mx3m.
Sentí vergüenza. Vergüenza por el ser humano. Por ignorar esa realidad. Por permitir que día a día se mueran de hambre o de frío o de cualquier cosa. Y que mueran en silencio. Como una estadística sin nombre, sin rostro. Vergüenza por permitir que se reproduzca ese infierno barrido por debajo de la alfombra. Sentí vergüenza cuando me decían: "Doctor", "Señor", como si yo fuera superior. O qué sé yo.

La pobreza es como el olor: con el tiempo nos acostumbramos. Y es cómodo olvidarse. Olvidarlos. Pero nosotros, los que tenemos acceso a la educación, somos quienes debemos poner orden en este caos. Nosotros.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Sencillamente brillante.

Anónimo dijo...

Te felicito Al. Excelente!!!

Anónimo dijo...

Excelente, brillante. No les queda nada de lo que cuenta?

Anónimo dijo...

reflexion con mucho de razon...
me quedo con la alegria de facu y su noble gesto...admirable

eresfea dijo...

Es el olor de la santidad.

Pobre loco dijo...

No sientas vergüenza por el ser humano, hay exponentes de todo tipo, muchos para avergonzarse, y muchos más para enorgulleserse.

Anonetoy dijo...

La crisis nos dolió a todos. Por suerte los jóvenes uruguayos nos vimos afectados por esto y, en menor o mayor grado, surgió UN espíritu de compromiso social.

De a poco surgen más.

Al Nonino dijo...

El sábado visité a la familia. Con la casa pronta. Roberto nos invitó a comer un asado. Pero el asado lo hice yo, porque Roberto ayudaba a construir la casa de una vecina. Cuando estábamos por empezar a comer, llegó Roberto, enano, con su risa amable, y nos contó cómo venía la casa de la vecina.
Qué impresionante. Roberto dejó de trabajar por un día -imagínense lo que implica esto en una familia tan pobre-, nos invitó con asado y, encima, ayudó en la construcción de una casa.
Esperanza.
O fe, como prefieran llamarle.

Pobre loco dijo...

Yo le llamaría Fe, o también Esperanza, pero con mayúscula.

Anónimo dijo...

A mi me impresionó la fuerza de voluntad que tienen algunos pobres. Nosotros construimos en la casa de Cayetano. Un hombre inteligente, golpeado por la vida pero con sus metas claras. Él sabía que quería salir de esa situación y sacar a su familia adelante. Trabajó más que toda la cuadrilla junta y encima ayudó a la cuadrilla vecina (q el hombre de la familia se las había tomado). Conversando con él y su familia aprendí más de la vida que en muchos años.
Pienso que a veces subestimamos a los pobres, pensamos que tal vez es mejor darles pescado en vez de enseñarles a pescar, y resulta que ellos saben pescar mucho más que nosotros.
Gracias Nacho por enviar el mail recordándonos esa responsabilidad a los que estudiamos. Porque a veces nos olvidamos, o nos dejamos absorber demasiado por nuestras cosas, y nos "mal" acostumbramos a la situación.

Anónimo dijo...

PD: Te debo el pulidor de pilotes. ¡Mirá q me hicieron caminar y pasar atrás de un caballo como 3 veces! (pensé que me iba a pegar una patada, jeje!)
Se aprovechan de la buena voluntad de los novatos. La verdad fue muy divertido, como cai! jaja!

Anónimo dijo...

Muy bueno.