miércoles, 6 de septiembre de 2006

Zoo-lógicas

Me para un elefante por la calle y me pregunta:
-¿No sabés qué bondi me lleva al zoológico?
-Paah, ni idea. Si querés, te presto guita y te tomás un tacho...
-No, gracias. En los tachos voy muy apretado.
(Breve silencio).
-¿Y para qué vas al zoológico?-pregunté.
-En realidad no voy al zoológico. Voy a una marcha ecologista.
(Incómodo silencio). (Enojo).
-Y qué, ¿te defendés a vos mismo? ¡¿No te da vergüenza?! ¡Los elefantes son todos unos narcisistas!
-Pero pará, valor... ¿Quién nos defiende si no lo hacemos nosotros mismos?
Me enojé y me fui.
Pero luego pensé que el elefante, quizá, algo de razón tenía.

9 comentarios:

tan versátil como acústica dijo...

dicen que si el elefante se da a la fuga de su jaula en la mitad de la noche para acudir al planetario este se vería destruido por el agua de su trompita.

Anónimo dijo...

Algún día quiero volver al planetario. Fui cuando era chico y no recuerdo nada. Hace un par de meses casi vuelvo: tocaba Martín Buscaglia, pero al final surgieron otras cosas. Ya volveré. Tengo mucha curiosidad.

Anónimo dijo...

Estimado Al, estuve en el show de Buscaglia en el planetario y una de las sorpresas gratas que me llevé -aparte de la maravillosa presentación del poderoso Martín- fue lo bueno que está el planetario. Lo recordaba distinto y mis prejuicios antes del retorno hacia ese lugar que se había quedado guardado en el cajón de los recuerdos de mi niñez, eran enormes. Lo imaginaba arruinado, como casi todo lo que toca el tiempo en Uruguay. Pues menuda sorpresa me llevé. Es maravilloso y está muy bien cuidado. Las estrellas prenden todas y de lo más bien. El climax lo da el sol, que se enciende luego de un rato de que las estrellas giren arriba de montevideo.
Ah, y es verdad lo que se dice. No dejan entrar elefantes. Aquella noche hubo varios que escucharon el concierto desde afuera.

Anónimo dijo...

Además de perderme el espectáculo, me perdí las pelotitas de pingo-pong que regalaban a la salida. Mierda.

eresfea dijo...

Eso te pasa por mezclarte con elefantes, son todos unos trompetistas.

choronta dijo...

Estimado vengador, sepa usté que para tener el planetario tan bien conservado como esta hoy en dia, hubo que realizarle sendas tareas de mantenimiento. Ahora bien, cuentan las malas lenguas que lo desarmaron y despues no sabian como armarlo devuelta. Cosas que pasan en este hermoso país. Si no me creen preguntenle al gran (¿?) profesor de astronomia Alvarez.

Un saludo y felicitaciones por el blog Al.

Anónimo dijo...

Hablando de planetarios y zoo-i-lógicos, mi gran sueño fue, en varios momentos de mi vida, ser astrónomo. Astronauta quisieron ser varios, pero yo me refiero a la astronomía. Es un sueño oscilante, a veces crece y por momentos ya casi me imagino descubriendo galaxias, y otras, no tan gratas, me doy cuenta de dónde estoy. No todo está perdido,(y menos los elefantes señor Al), quizá algún día haga algo al respecto, quizá mañana quizá dentro una década quizá nunca, espero que no.
Yo conozco un elefante que se sube a taxis, bueno y también conozco a uno que los conduce, pero claro que el suyo es de los nuevos (camionetas kangoo). El tema es que una vez se subió y nunca más se pudo bajar, llamaron a los bomberos y dijeron que había dos opciones: 1- cortarle la trompa o 2- no bajarse. Claro que optó por la segunda, ya que desde el taxi puede hacer una, o mejor dicho, dos infinidades de cosas (quizá tres pero más de eso no). Algo que sin trompa es imposible. En verano es él quien llena las piscinas de muchos clubes montevideanos. También trabaja en la OSE pero esa es otra historia.

Anónimo dijo...

Odio los zoológicos. Son hediondos y sin vida. Los animales están de mal humor. Y los que trabaja allí son seres enclenques, que odian a los animales y a los niños y el olor a pop. Prefiero las "reservas naturales", al estilo africano. Aunque no me imagino algo así en Rivera.

Anónimo dijo...

Rivera tampoco se lo hubiera imaginado en sí mismo.