martes, 23 de diciembre de 2008

Pianos por revistas

Si fumara, fumaría un cigarrillo a esta hora, poco después de media noche, horas antes de dar mi último examen de la carrera.
Hoy llegué a la biblioteca de la universidad, y un niño veinte años menor que yo tocaba el piano. La biblioteca estaba vacía, yo ordenaba mis papeles, y el niño golpeaba el piano y reía, mientras su padre elegía libros.
Desde el momento en que trajeron ese piano a la biblioteca -¿alguien sabe cómo hicieron para entrarlo?- me pregunté cuál era el proposito de colocar ese instrumento ahí. Recién hoy comprendí: en vez de poner revistas, como en los consultorios dentales, aquí ponen pianos, para darle un toque más intelectual.
Prometo que antes de las vacaciones, voy a tocar ese piano.

5 comentarios:

Ignacio Bermúdez dijo...

¿Podre estar presente, friend?

Al Nonino dijo...

Sí. Llevá un alimento no perecedero.

Ignacio Bermúdez dijo...

Pensé que era a beneficio del Piñeyro del Campo...

Natilla dijo...

Querido Al, parece que este es el único medio para despedirte. Que puedas tocar muchos pianos en tu viaje. Un abrazo y Feliz Año

Anónimo dijo...

a no despedir!!!!
despedir suena a definitivo...
nos estamos viendo alnonino!!!
igual te lo dire personalmente en los muchos asados que nos restan antes del 19...