La idea inicial era comprar $30 de medialunas porteñas, que más que porteñas eran uruguayas, pero el muchacho me entendió mal, y puso unos $66 (pesos uruguayos) de medialunas. Antes de que lo pesara, sospeché el fallo pero me mantuve en silencio, con la boca aguada. Cuando vi los numeritos rojos de la balanza electrónica, y le dije-Te pedí treinta pé...
-¿...?
-Sí, te había pedido $30 -le dije-. Tengo justo -y le mostré las sesenta monedas de $0.50 que guardaba en la mano con el dedo no inflado.
-Uhhh..., verdá. Tenés razón... Al tipo le dio pereza sacar las medialunas sobrantes, así que llevé un desayuno doble, al precio de $30 (uruguayos).
Hubiera sido más fácil liquidar la bolsa si Eresfea hubiera colaborado.