La niña cargó la flema, infló los cachetes, y estrechó el escupitajo en el camino de tierra.
Con afán educativo, dije rápidamente:
-¡Las damas no escupen...!
La niña me miró. Y con cara extraña respondió:
-¿Y cuando tienen que escupir qué hacen, entonces...?
Y yo:
-...
martes, 30 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
Un filón.
(¿Y que me dices de los caballeros educados que se guardan los mocos en un pañuelo de hilo dentro del bolsillo?)
Pon una tilde al primer "que" anterior...
Un primo mayor me reprendió una vez por pasarle el dedo al plato con tuco. Y enseguida él lamió el suyo.
Las damas tienen que hacer esas cosas cuando nadie las ve.
Yo le hubiera dicho "chancha". A mí me lo decían cuando me sacaba la ropa que me ponían y me vestía como quería, o cuando venía embarradísima de la aguada o al eructar para que mi hermana se riera, ahora ya no se ríe de eso, y a mí ya no me sale eructar sin parar, pero cada vez que oigo a alguien que dice "chancha", me encanta.
“Chancho”, inevitablemente, me encanta.
no hay con que darle, eso es sabiduria...
Publicar un comentario