A eso de las 11:30 am, mucho después de que corten la música del boliche, y mucho antes de ir a la panadería (faltan dos horas y media todavía), un montón de desquiciados sigue ahí. De a poco, tímida y fugazmente, se siente una melodía conocida. Archiconocida y emocionante: "Cual retazo de los cielos, de los cielos...". No sé si es alucinación, o si es real. "Oh, jamás se pone el sol, se pone el sol". Mi piel reseca por el sol se eriza. "Es la enseña de mi patria". El cántico es cada vez más decidido y ascendente. "¡La bandera bicoloooor! -algunos gritan ´tricolor´".
Ahí se descontrola la cosa, y los heroicos quinientos jóvenes que siguen en "El Pogo" aquella noche/ mañana, empiezan a cantar el Himno a mi bandera. Saltan, se empujan, desarrollan un acto de "amsterdámico patriotismo". Y un ataque de nacionalismo se hace incontrolable: "Orientales, la patria o la tumba", con previa introducción vocal, con las manos hacia atrás, masticando chicle y moviendo las piernas, con un estadio lleno en la mente.
Los restantes tres temas fueron:
1)"Los porteños son todos putos (x 16, alternando tono alto y tono bajo)"
2) "Mandarina, mandarina, mandarina, mandarina, si es que tienen tanto huevo recuperen las Malvinas". (Medio zarpado, no todos lo cantan).
3) Vamo las papeleras, vamo las papeleras!!! (x 16, alternando tono alto y tono bajo)".
Eso es Rocha, un lugar para encontrar a la juventud perdida. Raro que ningún diario lo registrara.
P.D.: Debo la foto.
sábado, 12 de enero de 2008
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1 comentario:
Veo que no estas perdido...
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