martes, 16 de octubre de 2007

Paolas


Sebastián estuvo sentado durante media hora en el sillón del living de Paola (203), haciendo letra con la madre -"estoy terminando la carrera, y me tomaron en una empresa de Zona América"-, mientras esperaban que Paola (203) saliera del baño.
Y no. Paola (203) no conocía a Sebastián. Porque la Paola de Sebastián no era la del apartamento 203, sino la Paola del apartamento 303.
-¡Yo a vos no te conozco! -gritó Paola (203) al salir del baño, y en seguida miró a su madre, pidiendo explicaciones. "Cómo vas a dejar entrar a este tipo, quién lo conoce".
Sebastián chequeó la dirección en el papel fluorescente que guardaba arrugado en su bolsillo. Paola (203) tenía razón.
Recién empezaban a salir. Era la primera vez que Sebastián iba a la casa de Paola (203/303).
P.D.: En la foto de arriba, Paola (203). En la foto de abajo, Paola (303). Ambas hacen ejercicio.

4 comentarios:

eresfea dijo...

No sé si tengo el gusto averiado, pero la Paola 303, la de abajo, me da asquito.

Al Nonino dijo...

Es cuestión de gustos (...y urgencias).

Al Nonino dijo...

Eresfea, te diría un amigo mío: "Epah, te estás aburguesando. Todas tienen derecho".

eresfea dijo...

¡Jo...! Si es así, ¡viva el aburguesamiento y hasta el hamburguesamiento!