Por culpa de Eimb (y de Eresfea, claro), leo Error humano (Debolsillo, 2007), de Chuck Palahniuk, que recorre justamente uno de los aspectos más interesantes del Periodismo: la cornisa entre realidad y ficción, Periodismo y Literatura.
Apunto lo siguiente:
"Lo peor de escribir ficción es el miedo a echar a perder tu vida sentado delante de un teclado. La idea de que al morir te darás cuenta de que sólo viviste sobre el papel".
Pero ese miedo es justsamente el motor:
"De esta forma, incluso el acto solitario de la escritura se convierte en excusa para estar con gente. Y, a su vez, alimenta la narración.
A solas. Con gente. Realidad. Ficción. Es un ciclo.
Comedia. Tragedia. Luz. Oscuridad. Se definen entre ellos.
Y funciona, pero sólo si uno no se queda demasiado tiempo varado en uno de los dos lados".
Supongo que la vida tiene algo de eso, opuestos que se definen entre sí, estar aquí y allá, reconocer y encausar.
P.D.: El cuadro es de Gaspar Cortés Zarrias.
domingo, 16 de septiembre de 2007
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4 comentarios:
¡Cuánta razón tiene Chuck! Realidad y Ficción. El problema está cuando uno se queda en una y deja de lado la otra.¡Cuánta razón tiene Chuck!
Me quedó grabado eso mismo del libro de Chuck. Y me asustó un poco. Hasta más que aquel primer cuento.
Tranquilos: encontraremos el equilibrio.
Se acercan a la grandes cuestiones de la crisis narrativa de los EEUU: fragmentación e ironía social, cambio de valores culturales. ¿Qué puedes hacer cuando todo está ya fragmentado, cuando es imposible la ironía porque siempre quedarás por detrás de la televisión? ¿Cuando escribes para nadie?
Palahniuk es el único que propone una respuesta factible (no digo que sea la mejor): el movimiento entre la ficción y la realidad, entre la ironía y la candidez. Es un movimiento muy rápido que juega entre formatos: reportaje-ensayo-novela-película. Y que tiene un propósito cohesionador: buscar familias alternativas, grupos en medio de solitarios egoístas y contemplativos. Gente que hace y que se reúne para hacer. Hay redención en Palahniuk, un poco pos-apocalíptica, pero hay redención.
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