Muy simpática la señora de la facultad, que me miró de arriba-abajo, y me dijo:
-(¡!) El café no es para los alumnos.
Silencio. Y siguió:
-Es para Los del Máster.
Y yo, que no soy "de Los del Máster" sino alumno raso, entendí:
1) Los alumnos del máster no son alumnos. Son "Los del Máster".
2) "Los del Máster" no visten calzado deportivo ni buzo verde (si no, la señora no me hubiera reconocido como "alumno raso - ladrón de café").
3) "Los del Máster" están más despiertos que los alumnos a rasos porque tienen acceso -libre, al estilo espeto corrido- a los termos de café.
4) Ese breve parlamento, -(¡!) El café no es para los alumnos. Es para los del máster-, además de hacerme sentir como un ladrón de gallinas, me hizo retroceder a segundo de escuela, cuando las maestras me ponían los puntos sobre las íes.
Gracias, señora de la facultad, recuperé la niñez por unos segundos. Espero que no le haya faltado café a "Los del Máster".
viernes, 14 de septiembre de 2007
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2 comentarios:
Hoy llevé un traje en la mochila de la facultad. En el recreo me lo puse, y no me dijeron nada por tomar café.
Qué elegante.
Tenía que ir a dar una charla a un liceo la otra semana. Me sentía todo un ejemplo. La charla iba a ser para alumnos de ese liceo y la dábamos varios, entre ellos, yo. Como de costumbre fui en bici. Estaba casi todo listo para comenzar la charla y una profesora pregunta: ¿chiquilines, de quién es la bici que está mal "estacionada" afuera?" Y en eso, me di cuenta que era la mía. Acto seguido como cualquier alumno, la profe me indicó a correrla de lugar...
Todos somos alumnos y en todo momento. Siempre se puede aprender que el café no se roba y que la bici se debe estacionar en el lugar correcto
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