jueves, 12 de octubre de 2006

Aprendizaje doméstico (2)

Hay sueños. Sueños lujosos, de autos y mansiones; sueños modestos, de familias con hijos; sueños de encontrar a Alguien o Algo; sueños de escribir, de pintar, de crear; de ser únicos; de no estar solos; de tener esto, esto y esto; de ganar guerras; de ser poderosos; de ser los primeros; de ser "igual que fulano"; de ser “mejor que fulano”...; sueños hay muchos y muy distintos.
Manolo, el sanitario que vino a arreglar las cañerías de casa, tiene un sueño. Y está por cumplirlo. Hace meses que se entrena para ello. Corre kilómetros y kilómetros. Sigue una dieta rigurosa. Bajó unos diez kilos, y ya es un hombre musculoso. Ahora, cuando saluda, te estrangula la mano.

Manolo sueña con ir a la guerra. A Haití, concretamente. Dice que ahí le pagan diez mil dólares por un año de trabajo. "De otra manera, es imposible hacer esa guita", me dice. Manolo está feliz. Su mujer y su hija, no tanto.
Quien pueda, sueñe. Sueñe lo que pueda.

4 comentarios:

eresfea dijo...

Olé.

Anónimo dijo...

Acabo de dormir una siesta de 2hs y no soñe nada....

Anónimo dijo...

Un texto luminoso, sí señor. Muy luminoso. Cuando sea grande quiero ser como Al. Por ahora me conformo con ser un pobreloco.

Anónimo dijo...

Brillante, brillante.