domingo, 24 de septiembre de 2006

Aprendizaje doméstico (1)


Vengo de una familia en la que sobran los dentistas. Si hurgo en los armarios, aparecen prótesis y placas y cosas desagradables. Desagradables como la foto. En los cumpleaños, siento que me observan la boca. Con urgencia me saco la comida de entre los dientes. Succiono, paso la lengua, y, si es necesario -y nadie me ve-, me saco los restos de comida con la mano. (Y luego me los como).
Me molestan los consultorios dentales. Uno se siente en un diván, sólo que no te dejan hablar. Apenas construyo una frase, me encajan un fierro o un líquido que me duerme la boca, y no puedo decir nada. Sólo algún sonido que aluda al "Sí, de acuerdo". Y parezco mellado.
A veces, es mejor cerrar la boca.

11 comentarios:

Ignacio Bermúdez dijo...

Yo tengo un dentista que habla mucho, habla demasiado. Siemrpe pretende mantener una conversación normal conmigo como si estuvieramos en un boliche. Eso sí, siempre estoy de acuerdo con lo que él dice, uno no puede no estar de acuerdo con alguien que tiene semejante taladro en nuestra boca.

Anónimo dijo...

Me liquida el sonido del taladrito ese. El peor es el de "mecha" fina. Eso sí que es gevi.

eresfea dijo...

Hace tiempo que tenías ganas de pegar esa fotografía, pero además añadiste las letras...

Eimb, en esos casos conviene tomar por las gónadas al dentista e invitarle a un trabajo sereno con el comentario:
-¿A que no nos vamos a hacer daño?

Anónimo dijo...

eimb, vos tendrás un semejante taladro en la boca, no acuses al resto de seguir tus tendencias

Anónimo dijo...

Chans, me extraña esa falta de sutileza. la redacción te ha pervertido. Alejate de los de Vaiven.
Con respecto a los dentistas... no voy más desde que en Pamplona me quitaron (con cruenta cirguía) una muela de juicio careada por los excesos de "las navidades".

Ignacio Bermúdez dijo...

Sutil Chans. ahora entiendo porque hace tiempo que no apareces, te está guardando los mejores chistes.

Anónimo dijo...

Eresfea, te ofrecí la foto y la rechazaste...
Los jerarcas de la industria gastronómica le propusieron a la decanísima que hiciera otro curso de comunicación escrita: tu ida provocó el cierre de varios restaurantes.
J.P., en Pamplona te arrancan las muelas por cualquier cosa.
The last Chans, bienvenido. Estoy de acuerdo con su sutileza.
El facho, no me simpatizan los fascistas. Y menos si son fumadores. (Ya intuyo quién es usted...)
Eimb, bien por su ironía, siempre necesaria.

Anónimo dijo...

A veces, es mejor cerrar la boca y a veces es mejor abrirla, depende de la ocasión. El tema está en saber distinguir esos momentos.
Claro que dejarla entreabierta puede ser una buena opción (otras veces).

Anónimo dijo...

Desagradable fotografía. Puaj! Por unos días me mantendré alejado del blog, aunque nada me quitara esa primera experiencia con la foto...

Anónimo dijo...

¿Cómo alguien puede sentir pasión por la odontología? A esa foto agregale aliento a dinosaurio...imaginate...

Anónimo dijo...

No sé si notaron que la nariz es la parte de abajo. Si dan vuelta la foto -o la cabeza- la foto no parece tan rara. Curioso.