-Yo no soy perfecto -confesó-. Soy pluscuamperfecto.
-¿Eh?
-Sí, soy algo así como una perfección tuneada.
Silencio. Reflexión.
-Yo, en cambio -soltó el otro-, soy pretérito y soy imperfecto.
-Mmm, mirá...-devolvió-, yo más bien soy impertérrito...
La discusión siguió. Igual de sorda. Perfecta.
Cuando se trata de perfecciones, cada uno tiene su versión. Perfecta.
jueves, 5 de abril de 2007
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