jueves, 30 de noviembre de 2006

Algunos mitos, algunos miedos

Cuando mi cabeza llegaba apenas al pestillo de la puerta, hace unos quince años, antes de dormirnos teníamos un juego.
Mi hermano (pequeño), que ocupaba la parte menos privilegiada de la cucheta, cuando no podía dormirse, decía: "Acordate de respirar automático". Acto seguido, era Imposible pegar un ojo. Como si fuera una frase demoníaca. Porque el mero acto de respirar dejaba de ser algo automático, y no parábamos de pensar en que "teníamos que respirar". Entonces, ninguno de los dos se podía dormir.
Esto me vino a la mente porque me pasé toda la mañana con ganas de estornudar -y no pude-. Y me hizo acordar a cuando mi hermano -el otro, el mayor y más malvado- nos convenció de que si estornudábamos más de cien veces, moríamos. Mi primera imagen de la muerte tiene gusto salado, a moco...
Ahora ya no me creo esas genialidades. Espero que no tenga nada que ver con el efecto dominó. O el efecto dominado.

6 comentarios:

Anonetoy dijo...

Sería bueno creernos eso, de vez en cuando. Yo todavía sigo pensando que, como decía mamá, las manchitas raras que ven nuestros ojos, es, y será siempre, fantasía pura que fabrica la imaginación.

Pobre loco dijo...

Con mi hermano lo que hacíamos a veces que nos entraba miedo por la oscuridad era preguntar: "¿Estás dormido?" Si el otro contestaba el miedo se disipaba (en parte). Pero si la respuesta era el silencio ni la frazad protectora servía para espantar el espanto.
Hasta los 23 años dormí en habitación compartida y es una experiencia muy recomendable. POr favor que no se mal interprete esto, que va con profundidad.

Anónimo dijo...

bo, estoy hace 15 minutos son poder hacer nada por eso de acordarme de respirar. Gracias, eh?

delpi, confirmaste que sosn una nena. O algo peor, pero bueno, somos tolerantes y te bancamos tu diversidad

Pobre loco dijo...

Chans: ¿justo vos estás traés a discución el tema de las nenas?

Anonetoy dijo...

Chans, bien que te gusta el tipito de Quién y estás celoso de Evangelina Carrozo. Pobre loco, le viven dando palo. Como soy protector de los animales, se meten con el Pobre y salto.

Roberto dijo...

Me ha pasado eso de no olvidarme de respirar. Es una tortura. Para la próxima evolución del ser humano le voy a pedir a dios que haga de la respiración un reflejo, como el corazón. No jode decir: no te olvides de latir el corazón.