Sucedió algo grave. Cambió mi vida. Ya no pertenezco a esa raza moral, snob e ingobernable. Ya no soy lo que era.
Me amenazaron varias veces. "¡¿Qué te pensás, que sos el centro del mundo?!" "Un día te va a pasar algo, nene, y no vas a poder solucionarlo". "No podés depender siempre de los demás". A este tipo de apretadas de prensa -con mis huevos dentro-, les respondía con hombros levantados, o con frentes arrugadas, o con palmas abiertas al cielo.
Pero la situación fue insostenible. Para ellos. No para mí, claro. Mi mundo hubiera seguido impertérrito.
Ahora, las cosas son distintas. Si me dieran otra oportunidad. Si pudiera retroceder... Ya perdí mi mundo blanco, de espuma plas, y sin molestias.
Desde hoy, y aunque me atormente, tengo teléfono celular.
P.D.1: Es el regalo más traumático de estas dos décadas de vida.
P.D.2: Munch me entiende.
jueves, 7 de diciembre de 2006
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12 comentarios:
Mi madre dice que este cuadro es feo.
Y yo descubro, años después, que comparto su apreciación.
Sí es feo.
También es feo tener celular, sobre todo si al teléfono te grita mucho Munch.
Yo siempre me hice el independiente, el pibe sin celular, el libre... Pero a principios de este año y con 27 años encima llegó de regalo. Antes la indepencia era total, ahora solo depende de un botón de On-Off.
Cuando me dicen cosas como "para qué tenés celular si lo tenés apagado" respiro aliviado. Todavía controlo mi vida.
Seguiré tu ejemplo, Pobre loco.
Yo sigo sin uno, y espero que no me lo regalen. Se ha perdido la duda, el ¿dónde estará? Al igual que Much, te entiendo. Seré el último de Comunicación en tenerlo. Me siento un poco solo.
Uno, al final, se acostumbra a todo (incluso al celular). Eso es lo más feo, lo de acostumbrarse tan fácilmente. Y si no te acostumbras, es probable que acabes "Munch".
Tranquilo, anonetoy. Resistiremos.
Yo también era resistente. A mi también me llegó de regalo, porque "no puede ser que estés todo el día afuera y nadie te puede ubicar". Pero igual que pobre loco me olvido de prenderlo, o lo dejo en la mochila y me voy sin celular! Mientras no llegue a formar parte inherente de tu persona creo q es un objeto más que podemos controlar.
Cuando recién me compré el celular, odiaba escribir mensajes, ahora mi pulgar vuela. Ya sabes lo que dicen: el hombre es un animal de costumbres.
El único síntoma negativo del celular es la imagen de dos personas sentadas al lado que no se hablan, sólo mandan mensajes.
El otro yo, mientras no se los manden entre ellos...
Eresfea, si hay personas que se escriben por msn estando en la misma habitación, no me sorprendería que se mandaran mensajes por el celular dos personas sentadas al lado.
Peor sería emplearlo como objeto arrojadizo contra el otro. Linea directa., que dicen...
Un amigo tenía -hace poco- un celular-ladrillo. Cuando se enojaba conmigo, procuraba que tuviera lejos su celular.
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