
Ayer asaltaron una comisaría en Buenos Aires.
¿Quién defiende a la policía?:
1) ¿Los padres de los policías?
2) ¿Papá Noel?
3) ¿El chapulín colorado?
4) ¿Tinelli?
5) ¿Mirtha Legrand?
6) Ninguna de las anteriores es correcta.
A Roberto lo sacaron desmayado, cuando el fuego ya había agarrado toda la casa. Hoy sólo se reconoce una superficie negrísima de barro, cenizas, y restos de vestimenta esparcida en el suelo.
-Cuando me rescataron, tomé aire y quise tirarme al fuego, entregarme...
Me quedo en silencio. Y agrega:
-En el incendio perdí una olla con comida para dos semanas enteras... eso fue lo peor.
Cuando desperté, el avión todavía estaba allí, diría Monterroso. Quizá me confundieron con terrorista, o me vieron la cara de boludo (lo más probable). Llegué 5 minutos tarde –luego de hacer una fila de una hora, que normalmente dura 10 minutos-, pasar mis valijas por rayos X, Vallecanos, y Centellas. Y por esos 5 mintuos tarde, no me permitieron tomar el transporte que me llevaría hasta mi país. Quedé atrapado durante 17 horas entre barcos, aviones, buses, transfers, check-in/out/eras, tractores, taxis. Perdí mi valija. Compré la Coca Cola más cara del mundo. Y hace cinco minutos, un niño vomitó mi mochila.
Sólo me falta contagiarme la porcina.
La puta madre.
Quiero regresar a casa.
A la mesa se sentaron Mario Vargas Llosa (MVL) y un amigo mío. Mi amigo no estaba de acuerdo con la visión de MVL. Una visión demasiado maniqueísta, pesimista. Mi amigo se puso a discutir. A discutir. A discutir. Y MVL, alterado, le dijo:
-Mire, jovencito, afortunadamente, la juventud es algo que se cura con el tiempo.