
Con afán educativo, dije rápidamente:
-¡Las damas no escupen...!
La niña me miró. Y con cara extraña respondió:
-¿Y cuando tienen que escupir qué hacen, entonces...?
Y yo:
-...
Al tipo le dio pereza sacar las medialunas sobrantes, así que llevé un desayuno doble, al precio de $30 (uruguayos).
Hubiera sido más fácil liquidar la bolsa si Eresfea hubiera colaborado.