
Y cuando terminamos (lo terminé) de hablar, me dijo: "Pibe, espero haberte lavado bien el cerebro".
Y yo sonreí.
Y casi le digo: "Pelotudo mayúsculo, la política no es para lavar cerebros, es para pensar. Un señor de su edad debería saberlo".
Pero preferí que se quedara con su victoria.
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