En el cumpleaños de mi madre, mi padre me envía esta carta, que escribió el padre de su padre a su señora madre, es decir -hagan cálculos mentales-, mi tátara abuela. Él, Ricardo y bisabuelo mío, estaba fuera de Uruguay por problemas políticos: el país atravesaba la Guerra Civil del año 97.
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No encontré tan prosaicas palabras, pero le obsequiamos con un desayuno de lo más rico.
De noche comeremos quesos, jamones, milanesitas de pollo, aceitunas, maní... y beberemos coca y vino tinto. Ojalá hubiera cumpleaños más seguido.
Feliz cumple, vieja.