miércoles, 30 de agosto de 2006

"Sin querer queriendo"


Hoy se publican las confesiones de Chespirito, tituladas Sin querer queriendo. Me emocioné. Y recordé algunas frases:

Chavo:
"¡Eso, eso, eso!..."- para afirmar algo-.
"¡Fue sin querer queriendo!"-para disculparse por alguna travesura-.
"¡Bueno pero no se enoje!" -típica respuesta a don Ramón o al Señor Barriga para evitar la reprimienda-.
"¡Qué bruto!... póngale cero" -decía en la escuelita cuando alguien contestaba una pregunta del profesor que según él era incorrecta-.

Chapulínicas:
"Más vale solo que mal que por bien no venga".
"Es de sabios lo que comete cualquiera".
"Ladra que muerde no perra".
"No hay nada nuevo que dure cien años".
"Más vale llegar a tiempo que mal acompañado".

Recordé, también, que perdí algo de la valentía de aquella edad. Y recordé que ya no hay Chapulines.

lunes, 28 de agosto de 2006

"La nostalgia ya no es lo que era"

Hace años que me peleé con el fútbol uruguayo. Años. Odio los partidos de Nacional, Peñarol, Danubio, Cerro y todos esos timadores. Prefiero el Gourmet Tv.
Pero cada tanto, ejerzo una suerte de masoquismo y asisto -de incógnito- a algún estadio. Me gustan las canchas chicas. Ayer, por ejemplo, fui al Saroldi a ver a Wanders.


El primer contacto con el partido fue a unos veinte metros del estadio: la pelota se vio por encima de la tribuna. Aboné la entrada (50 pesos uruguayos, todo un afane si se lo analiza desde lo deportivo; un verdadero regalo si se lo analiza desde lo dramático y poético). Cuando paso por el control de la entrada -llegaba tarde-, el encargado se había ido a ver el partido. Y el cana de la puerta me dice entre dientes: "Hss, por mí pasá..." No lamenté haber pagado la entrada porque conozco pocos clubes tan amenos como Wanders. Y colarme hubiera sido como robar en el BPS.


Dos cosas me llamaron la atención:

1) Las medidas de seguridad eran similares a las de una cuna de bebé: un alambre casi de utilería, puramente psicológico. El línea estaba regalado. Suerte que fue un partido tranqui, porque si no, una persona como yo, que no es muy buena escupiendo, le podía clavar un pollo en la nuca sin el menor esfuerzo. Pero no estaba exonerado de gritos -ni él, ni su madre-. Parecía uno de los siete enanos -la hinchada se lo hizo saber- y tenía pinta de que todavía vivía con su madre. La mayoría de los gritos hacían referencia a su vientre.

2) La barra brava. Eran menos de quince, y le gritaban a las cinco familias de River: "Los de River son todos p... Los de River son todos p... (x 1000)" (Alternar entonación). Los de River, mejor dicho, las familias de River, no entendían nada. Me sentí incómodo.

Los hinchas de Wanders ya no son lo que eran. Ya no son como mi abuelo.

sábado, 26 de agosto de 2006

Remojé las barbas y casi me ahogo


Infectado por la duda hamletiana llegué al siguiente planteo: afeitarse o no afeitarse, esa es la cuestión. Soy capaz de generar una barba cuasi-marxista. (Nunca lo logré). (Pero sé que puedo). Para salir de este enredo organicé el F.O.D.A. del fenómeno "tener barba".

Fortaleza: Parezco más inteligente, más profundo. La gente me mira y dice: "Pa, este tipo sí que sabe." (Aunque no sepa).
Oportunidad: Si estiro la lengua hasta la comisura de los labios, puedo recordar lo que comí en los días anteriores. Almaceno la comida por zonas. Al costado derecho de los labios, la entrada. En el bigote, el plato principal. En el costado izquierdo de los labios, el postre. En el mentón, el café. Hago un giro antihorario con mi lengua. Y ya está: un fast-food. (Repetir el movimiento).
Debilidad: Cuando saludo a las chicas con un beso parezco un erizo. Y me sienten olor a comida. Me doy vergüenza.
Amenaza: Que la barba me tape toda la cara. Y no ver nada. Y no poder afeitarme más. Mi sistema sensorial cambiaría por completo. Viviría como los ciegos, pero con olor a pelo. Hasta ahora nunca me pasó. Pero tengo miedo.


P.D.1: La foto es de Hermeto Pascoal, un barbudo conmovedor. Su música oscila entre lo virtuoso y lo que tocaría un niño de dos años. Extraño(s). Otro día hablaremos de él.

P.D.2: Voy a afeitarme.

jueves, 24 de agosto de 2006

I(n)rreversible comienzo

(Advertencia: el contenido de esta entrada será de grandesagrado. Al igual que cualquier primera-entrada de blog, es apenas una excusa para comenzar una indescifrable cadena. Pero, en el fondo -y en el frente- no dice nada). (Todavía puede abstenerse de perder cinco valiosos minutos). ( Aunque lo de "valioso" es un concepto muy vago).

Hoy comienza, luego de años de investigación y maltratos estomacales, la vida-historia-vivencia de Al Nonino, alguien a quien todos confunden conmigo mismo.
Pensaba dejar este suceso histórico para mañana. Hace días que decía: "Mañana comienzo el blog". Y llegaba mañana y no lo hacía. Repetía: "Mañana comienzo el blog." Y llegaba mañana y no lo hacía. Esta lógica se repitió patológicamente. Hasta que un día -hoy-, recordé que ayer había dicho que mañana comenzaría el blog. Y lo hice/hago. A pesar de la empalagosa inercia que hace de mis días algo parecido a un dulce de batata asustado, respeté mi voluntad.
Ustedes asisten, pues, a un i(n)rreversible comienzo. Se inaugura la vida-historia-vivencia de Al Nonino, advierto, un personaje infame y adictivo. Al y Yo, ya se darán cuenta, somos bastante indistinguibles. Indivisibles, quizá.

P.D.1: Alguien ya le ganó de mano y otorga premios en su nombre. Nunca faltan los inescrupulosos.
P.D.2: Si todavía le quedan minutos para desperdiciar, cuente la cantidad de palabras empezadas con prefijo "in". Ojo con las trampas.